Para poder ingresar deberán contar con un PCR negativo y un seguro de asistencia médica. Sólo podrán venir al país turistas cuyo destino sea el AMBA.
Tal como adelantó minutouno.com, el Gobierno de Alberto Fernández oficializó la reapertura de las fronteras para el turismo receptivo desde países limítrofes a partir de este viernes. La medida entró en vigencia este jueves a partir de la publicación en el Boletín Oficial de la Decisión Administrativa 1949/2020 que lleva las firmas del Jefe de Gabinete Santiago Cafiero y del ministro de Salud de la Nación, Ginés González García. De funcionar bien esta prueba piloto podría anticipar nuevas flexibilizaciones en el corto plazo.
Quienes ingresen al país deberán contar con un test de PCR Covid-19 negativo -con un máximo de 72 horas de anticipación-, un seguro de asistencia médica “que comprenda prestaciones de internación y aislamiento por COVID-19” y realizar una declaración jurada. Entre los considerandos de la medida se indica que “el turismo es una de las actividades más afectadas por la pandemia y por las medidas adoptadas para la protección de la salud pública”.
De esta forma se exceptuó de las medidas restrictivas “al servicio público de transporte internacional y a la actividad de turismo, exclusivamente a los fines de realizar una prueba piloto para la reapertura del turismo receptivo para turistas provenientes de países limítrofes que sean nacionales e extranjeros residentes en los mismos, y cuyo destino sea el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)”.
La Dirección Nacional de Migraciones será la encargada de determinar y habilitar los pasos internacionales de ingreso y, según anticiparon días atrás, solo estarán habilitados el Aeropuerto de Ezeiza y el Puerto de Buenos Aires. En esta primera etapa de flexibilización los pasos terrestres continuarán cerrados ya que el destino de los turistas debe ser el AMBA y no podrá circular por otra parte del país.
“El turismo, por su capacidad de motorizar otras actividades, tiene una potencialidad especial, toda vez que genera ingresos genuinos por pagos de servicios directos -alojamientos, paquetes turísticos, restaurantes, industrias culturales, espacios de recreación, comercios de artesanías, servicios personales, transportes, comunicaciones, etc.- e indirectos, ya que el gasto turístico promueve sucesivas cadenas de pagos a proveedores y personal ocupado, así como inversiones en infraestructura”, se justificó en los considerando remarcando la “necesidad” de adoptar estas medidas para “la reanudación gradual de la actividad turística a nivel nacional”.
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