El Ayuntamiento de Exeter, en el Reino Unido, detonó el sábado pasado una bomba que estuvo enterrada en su suelo desde la Segunda Guerra Mundial. La explosión fue “controlada” por lo que provocó algunos daños materiales mientras que la población fue evacuada de antemano.
La bomba en cuestión estaba ubicada sobre la Glenthorne Road, cerca de la Universidad de Exeter, en la capital del condado de Devon, sur del Reino Unido. A raíz del operativo se formó un cordón de 400 metros alrededor del dispositivo y se evacuaron unos 2.600 propiedades.
Sólo en la Universidad de Exeter se evacuó a 1.400 estudiantes para ponerlos a salvo de lo que fue una explosión que lanzó trozos de vidrio y escombros a unos 250 metros y dejó un cráter “del tamaño de un colectivo de dos pisos”, de los característicos de la capital británica, Londres.
Para última hora del domingo las autoridades habían permitido el regreso al hogar a residentes hasta 100 metros a la redonda de donde fue la explosión, pero el resto de las personas debieron pasar una segunda noche lejos de sus casas por el peligro de derrumbe.
“Desafortunadamente hubo daño estructural en algunos edificios, en principio dentro del cordón de 100 metros”, confirmó un vocero policial al sitio The Guardian. Vidrios rotos, rajaduras en las paredes de ladrillos y otros inconvenientes impideron el regreso de la población a sus casas.
Un equipo del Ayuntamiento de Exeter trabajó durante el fin de semana en la verificación del terreno afectado por la bomba, pero para este lunes todavía había un área prohibida para el público.
Resabios de la Segunda Guerra Mundial
Reino Unido fue intensamente atacado por tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y la bomba de 1000 kilos hallado en Exeter no era otra cosa que un dispositivo del tipo Hermann lanzado en 1942, tres años antes de que se firmara la paz.
Al contrario de como ocurrió con muchas otras bombas nazis, que llegaron a impactar hasta contra el Palacio de Buckingham, residencia oficial de la Reina, el dispositivo detonado en el sur del Reino Unido permaneció “durmiente” hasta el sábado pasado, cuando miembros de la Marina británica lo activaron.
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