Ya con la carrera electoral en marcha, avanzó un casillero tras librarse de las acusaciones de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
El Senado de los Estados Unidos absolvió este miércoles al presidente Donald Trump, con lo que se dio por terminado el juicio político que había sido habilitado por la Cámara de Representantes en diciembre de 2019 por los delitos de abuso de poder y de obstrucción al Congreso.
La cámara alta rechazó el cargo de abuso de poder por 52 votos contra 48, y el del delito de obstrucción al Congreso por 53 votos contra 47, informó la cadena CNN.
El único senador republicano que votó a favor de la destitución de Trump en el primer cargo fue Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts y ex candidato a Presidente. En cambio se alineó con el resto de su bancada en la votación por la obstrucción al Congreso.
“La pregunta importante que la Constitución encomienda responder a los senadores es si el presidente cometió un acto tan extremo y flagrante que representa un delito y falta grave. Sí, lo hizo”, anunció Romney frente al Capitolio una hora y media antes de la votación.
Inmediatamente después de la votación, el equipo de campaña de Trump celebró la noticia.
“Los demócratas que no sirven para nada saben que no pueden ganarle y entonces le hicieron un juicio político”, aseguró en un comunicado Brad Parscale, el jefe de la campaña por la reelección de Trump.
Parscale afirmó que “esta prueba horrible siempre fue una táctica de campaña para invalidar los votos de 63 millones de estadounidenses en 2016 y un esfuerzo transparente para interferir con la elección en 2020”.
La fecha de las próximas elecciones generales en Estados Unidos es el 3 de noviembre próximo. De esos comicios surgirá el sucesor de Trump, que al día de la fecha tiene un 49% de apoyo del público, o resultará reelecto el mandatario para un segundo término.
El partido Republicano controla la cámara alta con 53 senadores, mientras los demócratas poseen 45 bancas y suelen sumar el voto de dos legisladores independientes.
Para expulsar del cargo a Trump necesitaban 67 votos, por lo que el desafío era convencer a 20 senadores republicanos y lograr la destitución.