El Presidente derrocado sigue alojado en Argentina a la espera de poder participar en los próximos comicios, pero el Tribunal Electoral lo rechazó.
“Me obligan a no ser candidato (a Presidente), lo acepto. Todo por Bolivia. Pueden hacer lo que quieran conmigo, pero que no destrocen la democracia. Que no destruyan a Bolivia”, expresó este viernes Evo Morales tras la decisión del Tribunal Electoral de su país de rechazar su participación en los próximos comicios.
Tras la negativa de permitirle presentarse como candidato a Presidente por su partido, el Movimiento al socialismo (MAS), Morales quiso participar de la vida política boliviana como postulante a senador por Cochabamba, pero el Tribunal Electoral descartó también esa opción.
“Tienen miedo a la democracia”, sentenció Morales en una conferencia de prensa que ofreció junto a sus abogados en el auditorio de un hotel en Buenos Aires donde además aseguró que los actuales dirigentes de Bolivia “no garantizan una elección transparente y se someten a la dictadura y a la política norteamericana”.
Además, las autoridades de facto “empezaron a destruir la economía, paralizaron obras y eliminaron bonos” de ayuda a las familias.
El actual Gobierno de facto de Bolivia, encabezado por Jeanine Áñez, convocó a elecciones generales para el próximo 3 de mayo, pero el Tribunal Supremo Electoral (TSE) rechazó la candidatura de Morales para volver a la Presidencia.
El mismo tribunal impugnó el martes pasado el intento de Morales de convertirse en senador por Cochabamba, tras la designación de Luis Arce como candidato presidencial por el MAS.
El presidente del tribunal electoral, Salvador Romero, dijo en rueda de prensa en La Paz que la decisión es “inapelable”, y que una de las causas fue que ni Arce ni Morales residen en Bolivia en estos momentos.
La decisión, por lo tanto, resultó “increíble” para el abogado Raúl Ferreyra, representante legal de Morales, quien recordó que “Evo debió salir de Bolivia porque iba a ser asesinado”.
El otro representante legal de Morales es el ex juez de la Corte Suprema argentina Raúl Zaffaroni, quien subrayó que al Presidente derrocado “se lo acusa de un fraude electoral que el informe final de la OEA no ratifica”.
“Lo único que denuncia ese informe son irregularidades en menos de 200 mesas electorales sobre 35.000”, algo que “no alteraba de ninguna manera el resultado”, sostuvo Zaffaroni.
Esas “irregularidades” fueron “el pretexto que utilizaron para dar el golpe de Estado”.
Zaffaroni agregó que sospechan que ahora “el fraude está viniendo por vía de proscripciones” y alertó que ninguna candidatura está firme aún dado que la fecha límite para impugnarlas es el 18 de abril, 15 días antes de las elecciones.
“El propio candidato a presidente (Luis Arce) podría ser inhabilitado”, advirtió Zaffaroni y sostuvo que eso se da “en un Estado de no derecho”, tras lo cual señaló la detención de la apoderada de Evo Morales, Patricia Hermosa, cuando iba a presentar su postulación o la clausura de la oficina central del MAS.
Sobre esto último, Zaffaroni remarcó que el TEJ tiene en su poder el listado de afiliados al MAS, una herramienta con la que temen que “depuren los padrones”.
“Si en la depuración de padrones se eliminaran unos 70.000 votantes se le resta un 1% al MAS”, explicó Zaffaroni antes de denunciar que las autoridades de facto de Bolivia están “fomentando actitudes discriminantes en sentido clasista y racista”.
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