Otras ocho toneladas de alimentos no aptos para el consumo fueron destruidas y enterradas

Más de ocho toneladas de mercaderías no aptas para el consumo, que fueron secuestradas en cinco días de operativos de fiscalización y control por parte de la Subsecretaría de Defensa al Consumidor, fueron destruidas y enterradas en la tarde de este viernes. Así lo confirmó Edgar Pérez, funcionario a cargo de la citada subsecretaría.

El procedimiento de destrucción estuvo a cargo de empleados de la Municipalidad de la ciudad y se concretó en un predio distinto al elegido el sábado último, cuando se destruyeron casi diez toneladas de alimentos vencidos.

En el lugar, el arquitecto Edgar Pérez detalló que se trata de los alimentos no aptos para el consumo que fueron secuestrados desde el lunes y hasta este viernes de distintos comercios, supermercados, autoservicios, de las mismas góndolas y a la venta al público como así también de manera inexplicable de los depósitos.

“El único destino que pueden tener estos productos es la destrucción”, fue contundente Edgar Pérez y exhortó a los consumidores a actuar de fiscalizadores, verificando al realizar sus compras la fecha de vencimiento de cada producto.

El funcionario aseguró no entender el por qué de la conducta de empresarios y comerciantes de acumular mercaderías vencidas en los depósitos, bajo el pretexto de la posibilidad de un cambio por parte de los proveedores.

“Es insostenible la acumulación de mercaderías vencidas en los depósitos, en muchos casos de meses y en otros de años según la fecha de vencimiento, esperando no se qué cosa porque las mercaderías en mal estado generan contaminación sobre los alimentos sanos y aptos para el consumo, además de la proliferación de todo tipo de alimañas y roedores que afectan a los vecinos y al barrio donde se encuentra el comercio”, precisó.

En cuanto a los productos destruidos, detalló que eran desde alimentos considerados frescos, hasta productos secos, derivados, lácteos, artículos de limpieza y de higiene personal.

“Estamos defendiendo los derechos del consumidor, de elegir comprar alimentos que estén en precio y respeten calidad y fecha de vencimiento. Cuando un comerciante no respeta las reglas de juego por hacer su negocio no tiene en cuenta la salud de los formoseños, sino sus propios y mezquinos intereses”, concluyó Pérez.