Este jueves 16 de julio, el Servicio Penitenciario Federal conmemoró sus 87 años de nacimiento. Por tal motivo, el jefe de la Unidad 10 de dicha entidad, subprefecto Walter Suarez, se refirió a la fecha en este contexto particular de festejo.
“Todos los años hacemos un acto, generalmente sobre avenida 25 de mayo, los dos actos anteriores que presidí con autoridades provinciales fueron numerosos”, sostuvo Suarez.
Y agregó: “Por la cuestión del COVID no se puede realizar este año. Solamente participamos de la formación que se hace todos los días con el izamiento de la bandera, con la participación de todos los jefes del establecimiento y se le dio al personal los saludos de las autoridades del servicio”.
En ese marco, el subprefecto recordó que la cárcel “es una de las más antiguas a nivel nacional”.
El establecimiento se habilitó en los primeros meses de 1897 y, en 1923, pasó a depender del Poder Ejecutivo Nacional a través del ministerio de Justicia e Instrucción Pública.
Por otro lado, contó que, si bien el lugar tiene una capacidad para 115 internos, más veinte en el anexo, en la actualidad sólo hay 89 personas alojadas.
“Se produjo ese egreso por agotamiento de pena, libertad condicional, extrañamiento que son expulsiones del país de los ciudadanos de otros países, se fue mermando la población penal y por eso tenemos hoy lo que tenemos”, explicó Suárez.
Y anticipó que, si bien no se pueden ingresar internos por el contexto de pandemia, “calculamos que a partir del viernes con un protocolo estricto vamos a poder alojar nuevos internos”.
Por último, el efectivo aseguró que las visitas están suspendidas y argumentó el sistema de seguridad que aplican para el ingreso al lugar.
“Tenemos un túnel que tiene un dispersor, toda persona que ingresa tiene que pasar por eso, se le toma la temperatura, a los que son ajenos al establecimiento se le toma una declaración jurada aparte, porque puede ingresar cualquiera, está limitado el ingreso”, indicó.